Carta de ALfonso Carretero tras su jubilación

En el año 1964 acudimos mi mujer y yo a la ya desaparecida Feria del Campo de Madrid. En uno de los stands intentamos reponer fuerzas. Pedimos como menú Pollo Asado. Tal vez lo hicimos atraídos por la curiosidad de ver cómo se asaban los pollos, trinchados en unas barras alrededor del fuego, soltando su propio jugo en una bandeja. Hoy nos parece tan natural, pero este sistema representaba entonces para nosotros una sorpresa agradable.

En el transcurso de esa comida comentamos mi mujer y yo que sería buena idea traer a Alicante la novedad de un negocio dedicado exclusivamente al asado de pollos. Y una vez de regreso a la ciudad, la idea fue tomando forma. Escuchamos los inconvenientes que nos contaban unos y los alientos que nos transmitían otros, los más, decidiéndonos a poner manos a la obra.

Si difícil es para un matrimonio precisar el momento exacto de la concepción de un hijo, eso es lo que nos ocurre a mi mujer y a mi: concretar el momento en que se nos ocurrió la feliz idea de introducir en nuestra ciudad una nueva forma de solucionarle al ama de casa la tan necesaria tarea de dar de comer, y hacerlo de una forma rápida, apetitosa y, sobretodo, económica


Acabadas las fiestas de Hogueras y mucho más afianzados en nuestra idea, instalamos en la playa de San Juan una caseta de madera, con dos asadores de pollos. No contamos con el inconveniente del viento en los días de Levante, pero aún así, esta nueva experiencia nos decidió a pensar que nuestro sitio estaba en la ciudad. Ese mismo año, en el mes de diciembre (hablamos de 1964), pedimos otro permiso para instalar nuestra caseta en la Plaza de España, exactamente donde hoy se levanta el “Monumento al Foguerer”. Elegimos el lema “Pollos en feria” porque en aquel entonces se instalaba la Feria de Navidad en el Paseo de Campoamor. En esta nueva caseta comenzamos a vender los pollos enteros para llevar, envueltos en un papel antigrasa, con una bolsa de plástico y su correspondiente tarro de salsa. Cobrábamos entre 40 y 50 pesetas por pollo. Poco margen, pero muchas ventas, y sobretodo mayor satisfacción para nosotros y nuestros clientes, los alicantinos.

Como anécdota podemos contar que las campanadas de 1965 nos sorprendieron vendiendo pollos asados. Cada campanada fue como una reafirmación de que habíamos acertados: los alicantinos habían dicho sí a los pollos asados. Nos pusimos a buscar un local céntrico para instalar un negocio de manera estable. Encontramos un local en el número 50, de la calle San Vicente, que se amoldaba a nuestras posibilidades, ya que reunía las condiciones que deseamos. Y con la ayuda de Dios, de muchos esfuerzos y sudores, el 18 de febrero de 1965 abríamos al público el primer “Pollastre Alicantí”.

A raíz del “pollastre” de la calle San Vicente, y al igual que la ciudad, la empresa fue creciendo. Ese mismo año abrimos la primera sucursal en la calle San Pascual. En 1966 pusimos en marcha las sucursales en la avenida general Mola (hoy avenida de la Estación) y Padre Esplá. Después siguieron las de la calle Virgen del Socorro, San Salvador y San Mateo. Todo ello entre los años 1970 y 1972.

En el año 1970, la populosa barriada de San Blas reclamó su sucursal del “Pollastre Alicantí”. Desde ese mismo año la tiene instalada en la calle San Salvador, donde introdujimos las patatas fritas y las tortillas.

Nuestra última apertura, por el momento, se realiza en el año 1981, en la Plaza Hermanos Pascual. Ya han pasado unos cuantos años desde la barraca "Pollos en Hogueras". Los gustos cambian y damos a conocer nuevos artículos como pechugas de pavo y sobre todo, la gran novedad: patatas al "ast".

En el año 1982, con la llegada de nuevas técnicas conseguimos resolver un gran problema que desde nuestros comienzos nos traía de cabeza. No era otro que dar muestros productos una presentación ideal y cómoda. Se nos resuelve con la adaptación del aluminio en forma de recipiente donde se conserva el pollo asado en su salsa caliente durante horas. ¡Qué lejos queda hoy día el tan traído tarro de plástico con la salsa y el pollo envueltos en papel antigrasa!

El "pollastre" número 1 se nos quedaba pequeño ante la aparición de nuevos artículos que ofrecer a nuestra clientela, tales como las croquetas de bacalao, empanadillas y otros. Tuvimos que comprar el local de la panaderia La Moderna, en la calle Díaz Moreu, número 70. Nuestra inteción era trasladarnos al nuevo local y dejar el de la calle San Vicente, pero no fue posible puesto que el público estaba acostumbrado a comprar el pollo asado a la subida o bajada del mercadillo de Campoamor, por lo que le suponia un mundo subir la pequeña cuesta del Hospital del Rey. Por ello, la nueva sucursal de Díaz Moreu, tuvo su vida propia en el barrio de San Antón, y hoy día se complementan las dos tiendas.

En el año 1985 y con motivo de mi jubilación, cada una de las sucursales de "El Pollastre Alicantí" pasa a ser propiedad de las personas que las regentaban, pero siempre sin salir de la familia Carretero-Antón.

Queremos agradecer a todo el pueblo de Alicante el apoyo que siempre nos prestó. Asimismo, nuestro agradecimiento a nuestro público en general, que diariamente nos favorece con sus compras.

Y no queremos terminar sin dar las merecidas gracias a todos los familiares y amigos, en un principio, y empleados ejemplares, después, porque sin su ayuda no hubiéramos visto realizada nuestra idea de dar vida al "Pollastre Alicantí".

Alfonso Carretero - Julia Antón